Published On: febrero 26th, 2021Categories: Contable, Uncategorized0 Comments

El impacto del coronavirus es una realidad para la valoración de PYMES y empresas. Los flujos han disminuido y disminuirán y el riesgo ha aumentado y aumentará. Nos encontramos en una situación de mucha incertidumbre, donde es difícil predecir si esta pérdida de valor será puntual o se alargará en el tiempo.

En períodos convulsos como el generado por la pandemia hemos podido observar como  muchos negocios ha dado paso a la evaporación de su valor en cuestión de meses. ¿En cuánto ha cambiado el valor de mi empresa con el Covid-19?

Para responder a esa cuestión es necesario distinguir entre las compañías que tienen capacidad financiera para hacer frente a esta crisis y las empresas que se verán abocadas a la venta para evitar la insolvencia y el concurso de acreedores.

Si una empresa está en riesgo, su valoración objetiva pasa a un segundo plano pues lo que verdaderamente importa es salvar los puestos de trabajo y las responsabilidades patrimoniales.

“En estos casos el valor del negocio está determinado por el problema que soluciona su venta”.

Pero dentro de este alarmante contexto no todo es malo. En ocasiones, las crisis sirven para depurar deficiencias, que en épocas de bonanza son asumidas por boyantes cuentas de resultados pero que en situaciones de incertidumbre florecen ante márgenes inferiores y caída de ventas. Para los expertos, aquellas empresas con una base sólida seguirán operativas en esta crisis y en todas las que puedan venir.

Valoración de PYMES

Desde el punto de vista económico, la tasación de un negocio no es fácil. No se trata de una ciencia exacta. Y es que el valor de una empresa, entendido como una cifra estática y precisa, no es real, se concibe más bien como una estimación sometida a hipótesis futuras.

Con independencia del método elegido, en estos procesos se cuantifican los elementos que constituyen el patrimonio del negocio, la posición competitiva que ostenta dentro de su sector y las expectativas de generación de riqueza.

Tal y como afirma Warren Buffet “el precio es lo que pagas y el valor es lo que recibes”. Esto es, el precio es el resultado de la transacción. Un importe concreto en un momento determinado que depende de la oferta y la demanda, y el valor, sin embargo, es el que asigna cada uno en función de sus intereses. Es la medición monetaria del grado de utilidad que esa empresa puede reportar.

Existen distintas formas de valoración de PYMES. Por ejemplo, para casos de liquidación social, se podría sumar o restar a los fondos propios la diferencia entre el valor contable y real de activos y pasivos y obtener un “valor liquidativo corregido” o, se puede tratar de compensar al vendedor por su “renuncia” a posibles beneficios futuros, cuando se trata de la venta de una empresa que seguirá funcionando. En estos casos el valor se determina de la siguiente forma:

Se estiman los flujos que la sociedad podrá generar en los próximos años.

Estos flujos se “actualizan”, aplicando un tipo de interés.

Y al resultado final se le suma el valor liquidativo que pueda tener la empresa finalizado el plazo.

La valoración por descuentos de flujos de caja (DFC), que es la que estamos analizando, contempla la capacidad de la empresa para generar riqueza en el futuro. Esto es, la probabilidad de producir flujos de caja libres. Entendiendo por estos el resultado final de las corrientes de ingresos y gastos que se esperan obtener a lo largo de vida empresarial.

Valoración = (CF1/(1+k)) + (CF2/(1+k)2 ) + … + ((CFn+VRn)/(1+k)n )

Si CF1 es Flujo de Caja Libre para el periodo 1;

k es la tasa de actualización;

VR es el Valor residual; y

n representa la vida empresarial ilimitada.

Así, la valoración de PYMES será el resultado de sumar los Flujos de Caja proyectados y el valor residual. Flujos de caja que habrán de ser capitalizados al presente.

En el método de valoración por DFC se tienen en cuenta unas hipótesis determinadas de crecimiento e inversión. Se trata de premisas muy difíciles de estimar en el trance pandémico que estamos viviendo y que, muy probablemente, continuaremos soportando hasta la llegada de la vacunación.

En cualquier caso, no olvide que para poder valorar una empresa es necesario un conocimiento previo del sector donde opera, como funcionan sus competidores, cual es el entorno macroeconómico, etc., ya que todo este análisis nos permitirá llegar a conclusiones operativas y establecer cuál será su evolución.

Antes y ahora, ayer, hoy, mañana y siempre la empresa, al igual que cualquier otro tangible o intangible, vale lo que otro esté dispuesto a pagar: No crea que la otra parte es el enemigo. En una buena negociación, es necesario colaborar, buscar soluciones a sus intereses y problemáticas, intentar entender sus limitaciones y ser empáticos.

Para cualquier duda por favor, póngase en contacto con nuestro equipo de expertos, por correo electrónico info@centregestor.es o si lo prefiere visítenos en nuestras oficinas de Lleida, Barcelona o Tremp.